Esta megafusión nace con un importante respaldo económico de nada menos que 56 billones de pesetas; en ella, American Online será dueña del 55 por ciento de la nueva compañía, lo que sin duda parece indicar a simple vista que la gran empresa digital se ha impuesto a la tradicional industria de ocio e información. De hecho, el presidente de AOL, Steve Case, se convertirá en el "director de orquesta" del nuevo conglomerado comunicacional.
El acuerdo se produce en un momento en el que las tradicionales empresas de comunicación intentan abrirse camino en el mercado de Internet a fin de evitar convertirse en viejas y obsoletas fábricas de hacer información y entretenimiento, mientras que, por el contrario, las compañías que han surgido en los últimos años al cobijo de la red se proponen aumentar los contenidos informativos y de ocio para atraer al mayor número de clientes, un objetivo que también se traduce en desorbitadas cifras de beneficios. Precisamente a la primera situación estaba abocada Time Warner que, pese a los muchos intentos por implantarse en Internet, sobre todo, con sus experimentos en televisión interactiva, no había logrado trasladar sus contenidos informativos a la red. Por tanto, la adquisición de esta empresa por parte de AOL posibilitará a Time Warner saltar al mercado digital bajo la tutela de la mayor comunidad virtual existente en estos momentos en el planeta, American Online. A este respecto, hay que recordar que el emporio AOL cuenta con 20 millones de abonados y dos de cada tres compran a través de Internet, un dato corroborado en la última campaña navideña. ¿Qué significa esto? Pues, evidentemente que el conglomerado informativo y de ocio Time Warner utilizará el canal digital proporcionado por AOL para expandir su oferta de entretenimiento, unos contenidos actualmente muy demandados por los usuarios de la red.
De todos modos, los "bandazos" de Time Warner en el mundo de Internet los han experimentado multitud de empresas, que no han hallado una fórmula adecuada para adaptarse a esta nueva forma de comunicación que, en muchos casos, se ha convertido en un verdadero obstáculo. Es el caso del imperio Disney, Murdoch e incluso de
Microsoft.
Como ya se ha puesto de manifiesto, la compra de Time Warner por parte de AOL representa un cambio radical en el equilibrio de poder entre las compañías on-line y las tradicionales, lo que vulgarmente puede explicarse con la siguiente frase: los nuevos medios de comunicación "se están tragando a los viejos". Si el acuerdo funciona, se pondrá en marcha la segunda fase de la joven industria online, que será la primera prueba para demostrar si una compañía de Internet puede prosperar en el mundo real de los negocios tradicionales.
Sin duda, la operación tiene también tintes expansionistas. Y es que con ella nace un "terremoto" sin fronteras en la industria del ocio y del entretenimiento, una condición propicia para el engrandecimiento del nuevo conglomerado, que puede impedir el crecimiento de otras compañías que, en todo caso, se verán obligadas a utilizar estrategias con las que poder competir en el mercado digital.
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